Permítanme explicarles antes las características
del mapa. En él pueden ver perfectamente una línea roja en diagonal, es la
frontera entre Egipto y Canaán que existía en los días de Moisés y más o menos
es la misma frontera que existe en el siglo XXI. Casi tocando el mar
Mediterráneo estaban asentados los amalequitas, luego está señalada la posición
del oasis de Qadés, y antes está señalada la posición del monte Har Karkom. La
línea negra que aparece y desaparece es una de las tres rutas por la que se
cree que tuvo lugar el éxodo, y por las circunstancias que aquí explico para un
servidor es la más probable. Y casi tocando el mar Rojo hacia el sur, está
señalada la posición del Sinaí tradicional.
Aunque
Moisés fue anotando todas y cada una de las paradas que hicieron, con los
nombres que tenían en aquel tiempo, hoy no es posible identificar ni un solo
lugar, los 3500 años que han transcurrido desde entonces deben de haber ocasionado
importantes cambios en la fisonomía del terreno: pozas que se han secado,
palmerales que han desaparecido, etc.
Se
han propuesto por lo menos tres rutas diferentes para el éxodo de Israel, una
de las tres, la que sigue la cordillera del Sinaí y que pasa por las minas que
tenían los egipcios en la zona, es la que probablemente siguió el pueblo de
Israel porque quizás también fue la ruta que siguió Moisés cuando 40 años antes
huyó de Egipto y se dirigió hacia Madián, al otro lado de la frontera. Ya
dijimos que el pueblo de Israel tardó unos dos meses en llegar hasta la montaña
en la que Moisés recibió los “10 Mandamientos”, pero ¿es esa montaña el Sinaí
tradicional que se enseña a todos los turistas del siglo XXI?
También
dijimos que Egipto tenía y sigue teniendo su frontera que va desde la cabecera
del brazo oriental del mar Rojo hasta más o menos el sur de la actual Gaza, y
que de ahí hacia el sur todo es Egipto incluyendo el Sinaí tradicional. La
Biblia nos informa que poco antes de llegar a la montaña de Moisés, el pueblo
de Israel fue atacado por los amalequitas, un pueblo que vivían al sur de
Canaán al otro lado de la frontera con Egipto, Éxodo 17:8-13. Pero si el Sinaí
tradicional es la montaña de Moisés, y Israel fue atacado por los amalequitas,
eso suscita algunas preguntas: ¿por qué atacaron los amalequitas a Israel tan lejos
de sus tierras, a unos 400 km. de distancia en territorio egipcio? ¿No les
importó la reacción que pudieran tener los egipcios? ¿Qué tenían que defender o
qué querían proteger los amalequitas al sentirse amenazados por los israelitas?
Esta
violenta reacción de los amalequitas se entiende mejor si situamos la montaña
de Moisés en otro lugar, no donde el Sinaí tradicional, sino en aquella región
que Moisés recorría con sus rebaños cuando se dirigía a los oasis de Qadés y en
mitad de este camino se cruzaba con su montaña, un poco antes de esta montaña
tendría que haber estado el lugar conocido como Refidim, sitio en el que acampó
el pueblo y en el que fueron atacados por los amalequitas. Ahora parece todo
mucho más claro, probablemente los amalequitas querían defender el acceso al
agua de los oasis que antes hemos mencionado y se adelantaron, pero siempre
fuera de la frontera de Egipto. El caso
es que Israel obtuvo la victoria y prosiguieron su marcha hasta la montaña de
Moisés, alrededor de la cual permanecieron acampados un año entero, sí, ¿pero
qué montaña? Llegados a este punto es digno de recordar el detalle de una carta
que escribió 1500 años más tarde el conocido como apóstol Pablo, este cristiano
escribió lo siguiente: “Ahora bien, esta Agar significa Sinaí, una montaña de
Arabia…”, Gálatas 4:25. Para Pablo estaba muy claro que la montaña conocida
como Sinaí era una montaña de Arabia, no de Egipto.
A
lo largo de toda la ruta que Moisés recorrió durante su pastoreo trashumante
hasta los oasis hay varias montañas y mesetas, ¿en cuál de ellas nos tenemos
que fijar? Contrario a lo que sucede con el Sinaí tradicional, en la montaña
conocida hoy con el nombre de Har Karkom hay muchas huellas de actividad humana
antigua, bastante antigua, y algunos rasgos físicos de la montaña que la
señalan como la montaña de Moisés.
El
Har Karkom más que una montaña es una meseta de unos 700 metros de altura, de
la cual bajan algunos torrentes, todo a su alrededor es terreno desértico y
muchas de las piedras del lugar parecen como quemadas pues están negras por
algunos lados, como si en el lugar hubiera habido alguna vez actividad
volcánica. Hay evidencias de antigua actividad humana, numerosos restos de
posibles campamentos y/o apriscos de ganado y muchas piedras con geoglífos de
diferentes clases, todo esto y algo más.
En
mi siguiente publicación veremos más señas de identidad que avalan al Har
Karkom, y veremos la razón de que otra montaña usurpara la autenticidad que
tiene el Har Karkom.
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