He tenido el privilegio de estar
en dos ocasiones en Egipto, ese era el sueño desde mi niñez porque el mundo de
los faraones me fascinaba y me sigue fascinando. Pude ver y tocar las grandes
pirámides y la famosa esfinge de Giza; visité la cantera de Asuán en donde está
el célebre obelisco inacabado que pesa unas 1.300 toneladas, todavía unido a la
madre piedra y abandonado porque cuando ya lo tenían casi tallado se les quebró
por un par de sitios y ya no servía. No dejo de pensar cómo lo hubieran levantado
y transportado si hubieran conseguido terminarlo. Pude visitar el majestuoso e
increíble templo de Abu Simbel tallado todo él en la roca, y en homenaje del
faraón Ramsés II; caminé por entre las tumbas del Valle de los Reyes y entré en
las espléndidas tumbas de Ramsés III y en la tumba de Ramsés VI; y anduve por
las enormes columnas de los templos de Karnac. Nada de esto se puede olvidar nunca
más. Pero entre todas estas joyas del pasado egipcio hay algunas cosas pequeñas
que intrigan más que las grandes, y de alguna de ellas voy a hablar.
En el
Museo de El Cairo, en un pasillo lateral lleno de estanterías con múltiples objetos
de todo tipo, el guía que llevábamos nos señaló una vitrina concreta dentro de
la cual había, sí, había un juego de brocas exactamente iguales a las que
utilizamos en el siglo XXI pero de la época faraónica, pero esto no era todo,
junto a las brocas habían 5 o 6 discos radiales, sí, discos radiales iguales a
los que solemos utilizar nosotros. Yo no ignoro que esas herramientas solo se pueden
usar en nuestros tiempos con la electricidad, ¿cómo las utilizaban los
antiguos? No quiero entrar aquí en un debate extraño.
Pero les hablaré de otro objeto
(aquí sí que os mostraré una fotografía) que forma parte de unos grabados en el
muro de un templo de Karnac, y este también es un grabado bien extraño que casi
no necesita palabras para describirlo pero que hace surgir algunas preguntas.
Observen la foto y luego sigo hablando.
La obviedad entre los dos
grabados es innegable, ¿pero es intencionada, es casual, significa algo
distinto de la primera idea que nos viene a la mente? En apariencia estamos
contemplando lo que a todas luces parece un espermatozoide estrechamente
relacionado con el miembro viril del dios egipcio, la coincidencia y el
significado de ambos grabados es objeto de debate y hay opiniones para todos
los gustos. ¿Se imaginan que el llamativo grabado fuera realmente un
espermatozoide? ¿Cómo lo habrían visto los antiguos egipcios, ya que en el
siglo XXI solo lo podemos ver con la ayuda de un microscopio? Bueno, yo solo he
querido mostrar a los amigos lectores una curiosidad, pero una curiosidad
enigmática.
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