La marcha del pueblo de Israel va
de sur a noreste y está marcada en rojo; la línea azul que va desde la cabecera
del mar Rojo hasta el territorio de los amalequitas es la frontera antigua, muy
semejante a la frontera actual.
Son varias las rutas propuestas
para el éxodo de los antiguos israelitas, pero nosotros seguiremos la ruta que
se menciona al comienzo del relato bíblico que es la ruta a SUR o camino a SUR,
Éxodo 15:22. No parece probable que el escritor Moisés se confundiera a la hora
de anotar el nombre del lugar por donde estaban pasando, un hombre que fue
instruido con todos los conocimientos de Egipto (Hechos 7:22) y que fue el
profeta de Jehová, era una garantía de que sabía lo que estaba escribiendo.
El que todo Israel siguiera por
esta ruta hacia el norte los alejaba de la tradicional localización del Sinaí,
así que tal vez el monte que nos han estado señalando todos estos pasados años puede que no sea la
montaña de Jehová Dios, pero si marchamos por esta ruta ¿lograremos
encontrarnos con la montaña en la que Jehová le entregó a Moisés los Diez
Mandamientos?
Después de tres días de marcha
hacia SUR el pueblo llegó a un lugar llamado Marah, pero las aguas que habían
aquí eran insalubres, para satisfacer la necesidad de agua del pueblo Dios
intervino sanando aquellas aguas.
El siguiente lugar de acampada
fue en el oasis de Elim. Este lugar está muy bien descrito por Moisés, pues
dice que tenía 12 manantiales de agua y setenta palmeras, Éxodo 15:27. Hoy en
día no es posible encontrar un lugar que coincida con la descripción de Moisés,
por múltiples razones ya descritas de antemano la apariencia del terreno puede
haber cambiado.
Siguiendo por el camino a SUR,
Israel hizo otra parada en un lugar llamado Dofqá, lugar que tampoco se ha
podido identificar en la actualidad.
Más adelante el pueblo volvió a
parar en un lugar que Moisés llamó Alús. Lugar que no se ha podido localizar.
La siguiente acampada fue en un
punto llamado Refidim, este es un lugar importante. Parece que la mayoría de
geógrafos e historiadores, influenciados por la localización del tradicional
Sinaí, sitúan este lugar en algún punto de la cordillera del Sinaí muy cerca
del mar Rojo, pero esta supuesta localización de Refidim presenta algunos
serios obstáculos.
Estando en Refidim, los
israelitas sufrieron el ataque de los amalequitas. Los amalequitas eran un
pueblo que habitaba una zona situada muy cerca de la actual Gaza, prácticamente
fuera del territorio egipcio, a unos 400 km. de distancia del tradicional
Sinaí, pero según el registro bíblico Refidim estaba a una jornada de la
montaña de Dios. ¿Qué tenían que defender los amalequitas en pleno corazón del
territorio egipcio, a unos 400 km. de distancia de sus casas? ¿No les
preocupaba a los amalequitas la reacción que pudieran tener los egipcios ante
esta supuesta incursión? La lógica nos dice que tenemos que buscar Refidim en
otras latitudes, no en el sur de la cordillera del Sinaí.
Siguiendo por el camino a SUR
llegamos finalmente a otra localización de Refidim, muy cerca de los tres
grandes oasis de Qadés, fuera de la frontera con Egipto pero a relativamente
poca distancia del territorio ocupado por los amalequitas, y ahora sí que se
entiende mejor el enfrentamiento armado entre amalequitas e israelitas. ¡Los
amalequitas querían proteger el acceso a las aguas del cercano Qadés! La
victoria fue para los israelitas, pero el pueblo de Israel no invadió
territorio amalequita sino que giraron hacia oriente, de momento pasaron de
largo de los oasis y luego de algunas cortas acampadas acamparon delante de una
montaña, ¿qué montaña era?
Aquella era una montaña que
Moisés conocía muy bien, se tuvo que cruzar con ella cuando en años anteriores
trajo por aquí a los rebaños de su suegro en un tipo de pastoreo conocido con
el nombre de trashumante. Este pastoreo se caracterizaba por el traslado de los
rebaños, una vez cada año, a un lugar en donde los animales pudieran
satisfacerse de abundante agua y vegetación fresca durante algunas semanas. Leamos Éxodo 3:1: “Y Moisés llegó a
ser pastor del rebaño de Jetró, el sacerdote de Madián, de quien era yerno.
Mientras arreaba el rebaño al lado occidental del desierto, llegó por fin a la
montaña del Dios [verdadero], a Horeb”. Moisés llevaba a los animales a los
oasis de Qadés, un camino entre la cabecera del mar Rojo (Ezión-Gueber) y los
oasis de Qadés es en donde Moisés se encontraba con la montaña de Jehová Dios,
justo en la misma frontera entre Egipto y Canaán, que curiosamente es la misma
frontera que existe en la actualidad. ¿Existe actualmente una montaña en este
lugar que reúna las características que la acrediten como la montaña en la que
Jehová le entregó a Moisés los Diez Mandamientos? Pensar una cosa amigos
lectores: desde la cabecera del mar Rojo hasta los oasis de Qadés hay mucha
menos distancia que desde la cabecera del mar Rojo hasta el tradicional Sinaí,
con el agravante de que una vez llegados al tradicional Sinaí todavía tenían
que recorrer más distancia hasta donde estuviera la hipotética agua y
vegetación para los animales, y eso en pleno corazón de territorio egipcio, así
que lo razonable parece que Moisés condujera a sus rebaños hasta los oasis de
Qadés, y en medio de este camino se encontraba con la montaña de Jehová.
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