sábado, 29 de abril de 2017

¿Historia inventada o real?


Existe la creencia de que gran parte de la Biblia, exactamente la parte conocida como las Escrituras Hebreas, son una recopilación de mitos e historias inventadas. Algunos enseñan que un insignificante grupo de judíos cautivos en Babilonia, allá por el siglo VI antes de Cristo, se confabularon para escribir la historia de Israel supuestamente inexistente anteriormente, que se inventaron la historia de los patriarcas y de los reyes para dotarse de un pasado con pedigrí, para hacerse de una historia que los presentara como un pueblo de orígenes nobles y de ese modo (guardando las distancias) equipararse a países tales como Egipto, o Persia, o Grecia, pero que casi todo el contenido de las Escrituras Hebreas era inventado, ¿crees tú, amigo lector, que la parte hebrea de la Biblia es casi toda ella una invención?

Vamos a suponer que sí, que un pequeño grupo de judíos se inventaran una historia que contara los orígenes nobles de Israel, y que por lo tanto nada de lo que leemos fue verdad, que los personajes que van apareciendo en la historia no fueron reales, esto más bien tendría que haber “sonado” como un bonito cuento y nada más que eso, ¿no es cierto? Veréis, puestos a inventarse una historia que dignificara los orígenes ¿no sería lo normal que uno se inventara relatos buenos protagonizados por personajes intachables? Pues aquellos supuestos judíos que se pusieron a poner por escrito una historia inventada, cometieron varios errores que echan por tierra la supuesta intención de escribir una invención que dignificara sus orígenes.
 

Hablemos brevemente de uno de los reyes más importantes del antiguo Israel, del rey David. Según el relato bíblico, este hombre fue un devoto adorador del Dios de Israel, de Jehová, lo cual es bien cierto, pero según leemos la historia de su vida nos damos cuenta de que este hombre fue culpable de adulterio y de la muerte de un hombre inocente, 2ª Samuel 11:1-27. Me gustaría que alguien me explicara de qué modo puede dignificar la historia un relato como este, teniendo en cuenta que estamos hablando del rey más importante del antiguo Israel.
Por otro lado, ¿es el rey David un personaje inventado, que no existió en la realidad? Bueno, eso es lo que decían los críticos hasta no hace muchos años, decían que solo se hablaba del rey David en la Biblia, pero eso ha cambiado dramáticamente. En los años 1990 se descubrió en el norte de Israel, en Tel-Dan, un trozo de loza que claramente dice “Casa de David”, otras personas ajenas a la Biblia también decían que no solo David sino su familia fueron personajes de carne y hueso. Podríamos mencionar más ejemplos de descubrimientos arqueológicos de nombres de reyes israelitas fuera de las páginas de la Biblia, pero ahora hablemos de los nombres de algunos de los patriarcas bíblicos.
 
 

¿Es, también, una invención la historia de los patriarcas de la Biblia? ¿Fueron personajes de carne y hueso, o solo fueron personajes imaginarios? No creo que los antiguos egipcios tuvieran el más mínimo interés en autentificar a un semita o hebreo, pero tenemos que saber que actualmente se están realizando excavaciones en el delta oriental del río Nilo, y uno de los sobresalientes descubrimientos que se han hecho en ese lugar consiste en una serie de ocho sellos (alguna vez sellaron alguna ánfora de vino o aceite) escritos en jeroglíficos egipcios y que mencionan claramente el nombre de Jacob, y como todos saben Jacob fue el padre del primer ministro de Egipto, José. Esto sería un reconocimiento de uno de los patriarcas hebreos aparte de la Biblia.


En los muros de un templo de Karnac, en el sur de Egipto, se refleja la reconquista victoriosa del faraón Sensok I sobre Judá, todos los que hemos visitado el lugar lo habremos podido ver. Pues cuando el faraón o quienes escribieron en su nombre se refieren a la conquistada Judá no dicen Judá, hablan de aquel territorio como “El campo de Abrahán”, ¿cómo pudieran los antiguos escribas egipcios tomar como referencia un nombre de alguien que nunca había existido? Sin duda que aquellos escribas egipcios se estaban refiriendo a un hombre de carne y hueso que había vivido siglos antes.

Por estos y muchos otros detalles arqueológicos, carece de argumentos la idea que han lanzado los críticos en cuanto a que los personajes que aparecen en la parte hebrea de la Biblia fueran personajes inventados y que nunca existieron. Los relatos de la Biblia se fueron escribiendo cuando ocurrieron o poco después, por eso tienen el aroma de lo verídico, de lo inmediato, de lo vivo, de ninguna manera pueden ser comparados con alguna bonita fabula inventada.      

lunes, 24 de abril de 2017

Se consolida la manipulación histórica





Sí, el sacerdote egipcio Manetón escribió una historia de Egipto allá por el siglo III antes de Cristo, pero hoy desconocemos dónde pueda haber una copia o si siquiera existe una copia. No obstante, en el siglo primero de nuestra era sí que existía un ejemplar de esa historia puesto que al historiador judío del primer siglo, Flavio Josefo, le fue posible consultarla. Una de las obras escritas por el historiador judío es “Contra Apión”, y en ella hace varias citas de la historia escrita de Manetón. Según dice Josefo que según escribió Manetón, en aquella historia de Egipto hoy perdida sí que se habla de un único y extraño éxodo protagonizado por unas gentes a las que el sacerdote egipcio llama “hicsos”, cuyo primer significado fue el de “reyes pastores” pero que ahora los expertos prefieren decir “gobernantes de los países extranjeros”.

La transcripción hecha por Josefo dice que aquellos hicsos dominaron Egipto sin una sola batalla, que después de un tiempo cometieron sacrilegio contra los dioses egipcios pero que los egipcios finalmente se revelaron y echaron a los extranjeros, que estos marcharon hacia Canaán y fundaron Jerusalén, todo el tiempo sin mencionar para nada a los israelitas. Los expertos del siglo XXI se resisten a relacionar a estos hicsos con los israelitas, cuando lo cierto es que las últimas excavaciones realizadas en el delta oriental del Nilo, lugar en el que también se sitúan a los llamados hicsos,  están dejando al descubierto poblaciones enteras en las que vivieron gentes semitas, incluso se han encontrado sellos jeroglíficos con el nombre de Jacob.

Parece que el sacerdote y escriba egipcio Manetón sintió la imperiosa necesidad de contar las cosas de modo diferente a como lo habían hecho los judíos de Alejandría, después de todo, si alguien leía una u otra historia, siempre sería la palabra de los judíos contra la palabra de los egipcios. El éxodo tal como lo cuentan los judíos había tenido lugar en el siglo XVI antes de Cristo, ¿quién quedaba vivo para contradecir a judíos o egipcios? ¿A quién le podía importar si las cosas fueron de este o de aquel modo? Y Manetón escribió su propia versión de la historia.

Pero ahora veamos estos relatos del siguiente punto de vista. Aceptemos que el sacerdote Manetón dio credibilidad al relato hebreo, pero se encontró con que la mayor desgracia de índole religiosa que habían padecido los egipcios antiguos coincidía con el reinado del más glorioso de los faraones que el país tuvo nunca, con Ramsés II el Grande, considerado como un dios viviente. Eso pudo llegar a ser inaceptable para Manetón. Él tenía ahora la oportunidad de hacer algo y seguro que nadie le pediría cuentas por lo que pudo llegar a hacer. Pudo decidir separar cronológicamente a Ramsés II de la época del éxodo israelita, pero mejor aún, pudo decidir mover hacia el futuro a buena parte de la dinastía XVIII.

Verán. Yo siempre me he preguntado que por qué el siguiente faraón después de Menefta I no dirigió una campaña de persecución y castigo contra los antiguos esclavos hebreos, que aún debían de estar inmersos en el famoso éxodo por el desierto, nadie los persiguió. De hecho, el siguiente faraón en poner sus botas militares en la tierra de Israel lo hizo unos 500 años más tarde, ¿por qué ningún faraón se volvió a fijar en la antigua colonia de Canaán durante esos cinco siglos?

El siguiente faraón después de Menefta fue Ramsés III, que no tenía nada que ver con la familia ramesida, este hombre tuvo que solucionar el enfrentamiento inconcluso contra los filisteos de la costa, comenzaba a tener serios problemas con los libios de la frontera occidental, durante su gobernación estalló la que se puede considerar la primera huelga de la historia, pues los artesanos que construían las tumbas en el sur se negaron a seguir trabajando porque no les llegaban ni los salarios ni los alimentos, y por si fuera poco Ramsés III se vio forzado a enfrentarse a un intento de asesinato en su persona procedente de su propio harén. No, Ramsés III no tuvo literalmente ni tiempo ni ganas de perseguir a nadie.

Luego siguieron otros Ramsés y el caos comenzó a adueñarse de Egipto, otros faraones se sentaron efímeramente en el trono de cuyos nombres no sabemos nada ni cuantos fueron. La maniobra del sacerdote Manetón fue astuta, movió a casi toda la dinastía XVIII hacia el futuro, y el hueco que quedó fue rellenado con el caos de efímeros faraones que siguieron a Ramsés III. Por eso, la época de los hicsos, finales del siglo XVIII y siglo XVII antes de Cristo, es una época que los historiadores ven muy confusa y de la que no saben muy bien qué es lo que pudo haber estado sucediendo. El caos que pudo haber pertenecido a los siglos XVI y X a.C., Manetón lo trasladó sin remordimientos de conciencia a algún momento del siglo XVIII a.C., y de ese modo colocó a Ramsés II en una época que no le pertenece.

Por otro lado, los egiptólogos actuales se han valido de las listas reales confeccionadas por Manetón, también de algunas listas grabadas en los muros de los templos, y de algunos otros documentos fragmentados para montar las actuales 31 dinastías de faraones que se supone que existieron, este estado de cosas es el responsable de que no coincidan las cronologías egipcia e israelita.       

martes, 18 de abril de 2017

Se gesta la manipulación cronológica


Ahí voy con la continuación de mi artículo sobre el faraón Ramsés II el Grande. Como ya dije, creo que este faraón no está bien colocado en su nicho cronológico, pero ese desliz no parece que sea culpa de los historiadores y arqueólogos del siglo XXI, ellos ya se han encontrado con una manipulación que han tomado por correcta y no han tenido más opción que seguir el camino, no obstante me pregunto si alguno de estos expertos habrá tenido alguna idea contraria a la corriente general.

Creo que el faraón Ramsés II es contemporáneo del profeta Moisés, no que fuera el faraón del éxodo, pero sí que vivió durante el tiempo del profeta hebreo, y eso coloca al egipcio en los años 1513 antes de Cristo según la cronología de la Biblia, mucho antes de que el pueblo de Israel se estableciera en la tierra de Canaán, razón por la que Ramsés II tuvo que librar su famosa batalla contra los hititas antes de que Israel abandonara Egipto al inicio de su éxodo. ¿Es posible eso? ¿Por qué alguien cambiaría a Ramsés de época? ¿Quién o quienes pudieran haber hecho semejante manipulación?

Estamos de acuerdo si decimos que Ramsés II ha sido el faraón más glorioso de la historia de Egipto, el más grande, un verdadero dios para casi todos los egipcios. Moisés tuvo que conocer a tres faraones, no a dos tal como comúnmente se cree. El primero sería el padre de la princesa egipcia que se encontró al bebe hebreo en las aguas del Nilo, posiblemente Seti I. Moisés vivo en palacio unos 40 años y fue educado como un verdadero príncipe egipcio. Parece razonable que en algún momento de estos 40 años hubiera un relevo en el trono de Egipto del que no informa la Biblia, y el nuevo faraón tiempo después ordenó la muerte de Moisés, por eso Moisés huye de Egipto. El segundo faraón de la vida de Moisés tuvo un reinado muy largo y una vida igual de prolongada, pues tuvieron que transcurrir lo que restara de los 40 años de estar Moisés en palacio más otros 40 años de estar Moisés en el exilio en Madián, para que al anciano Moisés se le dijera: “Después de eso Jehová dijo a Moisés en Madián: “Ve, vuelve a Egipto, porque han muerto todos los hombres que buscaban tu alma”, Éxodo 4:19, sí, Ramsés II por fin había muerto, (Éxodo 2:23). Así que el anciano Moisés regresa a Egipto y se encuentra con un nuevo faraón, el tercero de su vida, este tercer faraón tuvo que ser el hijo (decimotercero) heredero conocido con el nombre de Menefta I, y fue en la vida de este último faraón que sucedió todo el episodio de las famosas 10 plagas y la destrucción del ejército egipcio en el mar Rojo. ¿Sabéis, amigos lectores, cómo se presentaron todos estos hechos a los ojos de cualquiera que pudiera llegar a tener conocimiento de ello? Toda esta relación de acontecimientos se presentaron como una guerra religiosa entre dioses, Éxodo 12:12. Ya nos podemos imaginar cómo quedó de herido el orgullo de toda la nación egipcia, ellos, que a tantos dioses adoraban incluyendo al faraón. Todo esto aconteció durante el siglo XVI antes de Cristo.

Transcurrieron los siglos, algunos faraones volvieron a poner su bota sobre el cuello de los israelitas, pero Israel acabó independizándose de los egipcios. Resulta que para el año 280 antes de Cristo había una importante colonia judía en Alejandría, reinaba el faraón Ptolomeo II, la familia de los ptolomeos eran amantes de la cultura, y bajo el mandato de ellos fue construido el célebre faro de la ciudad y se consolidó la famosa biblioteca de Alejandría. Todos conocemos que esta Biblioteca albergó un impresionante número de libros sobre todos los conocimientos, sabios de todas partes acudían a esta Biblioteca para estudiar y aprender, el idioma internacional de aquellos días era el griego.


Parece que de instancias superiores les llegó a los judíos la petición de escribir su propia historia, la de Israel, en el idioma griego, así que la colonia judía de la ciudad se puso manos a la obra y crearon la célebre versión bíblica de los “LXX” en griego. Más o menos por las mismas fechas un sacerdote egipcio llamado Manetón recibió el encargo de escribir la historia de Egipto, ¿leyó Manetón la historia que los judíos acababan de escribir? ¿Cómo se tomaría este sacerdote egipcio lo que los judíos contaban sobre la época de Moisés, sobre las diez plagas y la destrucción del ejército egipcio en el mar Rojo? ¿Qué contaría él en la historia de Egipto que tenía que escribir? Esto lo dejaremos para una siguiente publicación mía, amigos lectores.


sábado, 15 de abril de 2017

Ramsés II no es del siglo XIII A.C.




Siento cierta resistencia ante la contundencia con la que la mayor parte de los expertos hablan de lo fiable de la cronología del antiguo Egipto. Según ellos todo está bien, los diferentes faraones están correctamente colocados en sus respectivos nichos cronológicos, y si hay alguna discrepancia siempre se tiende a dudar de lo que han escrito otros pueblos de la antigüedad y no de lo que han dejado escrito los escribas egipcios. Digo esto con respecto a uno de los faraones más gloriosos del antiguo Egipto, estoy hablando de Ramsés II el Grande.

Con alguna insignificante variación casi todos coinciden en que este gobernante alcanzó su punto álgido hacia el año 1280 antes de Cristo. Se dice que alrededor de ese año este faraón libro una de las batallas más memorables de la antigüedad contra los hititas, que la batalla acabó en tablas y que se firmó el primer tratado de paz y de no agresión de la historia de la humanidad, esto es rigurosamente cierto. La copia egipcia de ese tratado no existe o no se sabe en dónde pueda estar, pero la copia hitita sí que existe y se conserva en un museo de Estambul, así que no hay duda de aquellos hechos. Pero otra cosa distinta son las fechas de los acontecimientos, ¿de veras tuvo lugar la batalla de Kadésh hacia el año 1280 antes de Cristo?




Hago esa pregunta porque otro pueblo de la antigüedad, que también puso por escrito su propia historia, cuenta cosas que no coinciden con la actual comprensión de la cronología egipcia, me estoy refiriendo a la historia de Israel. Según la cronología de la Biblia, desde el año 1050 antes de Cristo hacia atrás y por unos 350 años estuvo en vigencia el conocido periodo de “los jueces bíblicos”, estos fueron unos 15 hombres que a lo largo de todos esos años juzgaron y defendieron a todo el pueblo de Israel. Durante esos siglos libraron batallas contra todos sus vecinos, pelearon contra los madianitas, contra los jebuseos, contra los filisteos, contra los sirios, todos estos hechos de armas están perfectamente consignados en las páginas de la Biblia, casi todo fueron victorias pero también hubieron algunas derrotas, así que ¿por qué iban a omitir los escribas judíos la mención del paso por en medio de la tierra (Israel para los israelitas y Canaán para los egipcios) de un gran ejército egipcio que marchaba hacia el norte? De estar los judíos establecidos en Canaán, ¿hizo caso omiso de ellos el faraón Ramsés II y prosiguió su camino como si ellos no existieran? ¿Por qué los escribas judíos no registraron el paso por en medio de Israel (Canaán para los egipcios) de un faraón con sus tropas? Claro, alguien dirá que al fin y al cabo la Biblia no lo cuenta todo y eso es cierto, pero entonces ¿por qué sí registraron los escribas judíos la llegada del faraón Sensoc I hacia el año 993 a.E.C., 2ª Crónicas 12:2-9, aunque eso significó derrota, sometimiento y el pago de fuerte tributo? ¿O por qué también registraron la llegada de otro faraón, en este caso del faraón Neko hacia el año 628 a.E.C., 2ª Crónicas 35:20-27, lo cual significó una nueva derrota para Judá? Pues ante estos antecedentes, si los escribas judíos no registraron la presencia de Ramsés II en las fechas que dice la egiptología oficial, en 1289 a.E.C., es porque Ramsés II tuvo que pasar por en medio de Canaán antes, sí, antes del período de los jueces bíblicos, lo cual fue hacia el año 1470 a.E.C.. ¿Le sorprende esta declaración? Mi siguiente tema intentara explicar cuándo se produjo la manipulación cronológica, pero vaya por delante que un servidor está convencido de que no es totalmente culpa de los egiptólogos modernos, la culpa hay que buscarla en otro lugar y en otro tiempo.




jueves, 13 de abril de 2017

¿Qué ruta siguió Israel en su éxodo? 3





A este respecto no podemos ser categóricos, pero hay en el lugar una montaña, mejor dicho una meseta de unos 700 metros de altura, que recientemente ha sido objeto de investigaciones por arqueólogos italianos, el monte se llama actualmente Har Karkom. Esta montaña o meseta está en mitad del camino que recorría Moisés con sus rebaños hasta los oasis de Qadés, y también parece probable que fuera la etapa final después de dejar Refidim.

Naturalmente que hay detractores de esta hipótesis, y es que no podemos ser categóricos a la hora de señalar la montaña en la que Dios le entregó a Moisés los Diez Mandamientos, pero en los alrededores de esta montaña hay abundante evidencia de antigua ocupación humana cosa que no existe en los alrededores del Sinaí tradicional.

La secuencia del famoso éxodo pudo ser la siguiente. El pueblo israelita llegó hasta el pie de la montaña, aquí permanecieron aproximadamente un año acampados, luego se desplazaron hasta los oasis de Qadés, y desde este lugar se pretendía entrar en Canaán por el sur, pero los informes de 10 de los 12 espías que envió Josué acobardaron a todo el pueblo y se negaron a entrar en la Tierra Prometida, entonces fue que Jehová Dios castigó a toda la generación adulta a morir en los desiertos por su falta de fe en la promesa de Dios. Los siguiente 38 años se los pasaron dando vueltas por la misma región de los oasis, pero algunas de las acampadas fueron de años, no de días, de modo que la generación adulta fue muriendo gradualmente. Y al final de estos 40 años surge otra cuestión controvertida.

Leyendo el registro bíblico se entiende que el viaje final hacia la Tierra Prometida comenzó en Qadés, y que rodearon la tierra o territorio de Edom para pasar por el sur del mar Muerto girando después hacia el norte para pasar por Moab, pero entonces resulta extraño que una de las últimas etapas del éxodo fuera Ezión-Gueber (golfo de Ákaba o Eilat) en la cabecera del mar Rojo. Si el viaje final comenzó en Qadés rodeando el territorio de Edom ¿qué hace todo el pueblo en la cabecera del mar Rojo? Efectivamente, parece que todo el territorio perteneciente a Edom abarcaba todos los cientos de km. cuadrados desde los oasis de Qadés hacia el este, todo el Valle de la Grieta que va desde el mar Rojo hasta el mar Muerto, y todas las montañas orientales del Valle de la Grieta dentro de las cuales estaban los gobernantes de Edom (Petra). Desde el Valle de la Grieta hacia el oeste era la zona deshabitada y desértica de Edom, pero desde este mismo valle hacia las montañas orientales era la zona habitada de Edom.

Se puede entender que desde Qadés Moisés envió a unos embajadores para hablar con los gobernantes de Edom (Petra), Éxodo 20:14, mientras que todo el resto del pueblo se desplazaba hacia la cabecera del mar Rojo, probablemente allí se tendrían que encontrar los enviados a Petra con el pueblo israelita. Cuando al fin se encontraron Moisés y todo el pueblo en la cabecera del mar Rojo, se enteraron de que los gobernantes de Petra no les habían concedido el permiso de paso, pero el permiso de paso ¿por dónde? No en vano se había desplazado el pueblo hasta Ezión-Gueber mientras que los embajadores israelitas se habían dirigido directamente hasta Petra a través del incomodo y menos conocido desierto. Muy cerca de la cabecera del mar Rojo, al otro lado de la cadena montañosa en donde estaba enclavada Petra, existía y sigue existiendo en el siglo XXI un antiguo camino que iba hacia el norte y que era conocido con el nombre de “Carretera Real” o “Carretera del Rey”, es una zona amplia, sin apenas obstáculos, con lugares de sombra y con pozos de agua, en nuestro siglo XXI conocemos este territorio con el nombre de “Uadi Rum”, lugar por donde se desenvolvió el famoso Lawrence de Arabia. Pues bien, por aquí quería Moisés llevar al pueblo hasta la entrada de la Tierra Prometida. ¿Qué hizo Moisés ahora? ¿Dirigió al pueblo por la misma dirección por la que habían venido hasta llegar nuevamente a los oasis de Qadés, y desde allí rodear todo el territorio de los edomitas? Este es un pasaje un tanto confuso, más que nada por el modo o técnica que utilizó Moisés al escribir, pues parece que en algunos momentos no sigue un orden cronológico al enumerar los lugares en donde acamparon, y puede parecer que pasaron dos veces por los mismos lugares. Pues bien, desde Ezión-Gueber no tuvieron más remedio que caminar por el más inhóspito Valle de la Grieta hasta el sur del mar Muerto, rodearon la parte habitada, repito, la parte habitada de Edom, no toda la zona deshabitada y desértica de Edom y que abarcaba hasta casi los oasis de Qadés. Desde Ezión-Gueber ya no regresaron a los oasis de Qadés nunca más.

 

lunes, 10 de abril de 2017

¿Qué ruta siguió Israel en su éxodo? 2




La marcha del pueblo de Israel va de sur a noreste y está marcada en rojo; la línea azul que va desde la cabecera del mar Rojo hasta el territorio de los amalequitas es la frontera antigua, muy semejante a la frontera actual.

Son varias las rutas propuestas para el éxodo de los antiguos israelitas, pero nosotros seguiremos la ruta que se menciona al comienzo del relato bíblico que es la ruta a SUR o camino a SUR, Éxodo 15:22. No parece probable que el escritor Moisés se confundiera a la hora de anotar el nombre del lugar por donde estaban pasando, un hombre que fue instruido con todos los conocimientos de Egipto (Hechos 7:22) y que fue el profeta de Jehová, era una garantía de que sabía lo que estaba escribiendo.

El que todo Israel siguiera por esta ruta hacia el norte los alejaba de la tradicional localización del Sinaí, así que tal vez el monte que nos han estado señalando  todos estos pasados años puede que no sea la montaña de Jehová Dios, pero si marchamos por esta ruta ¿lograremos encontrarnos con la montaña en la que Jehová le entregó a Moisés los Diez Mandamientos?

Después de tres días de marcha hacia SUR el pueblo llegó a un lugar llamado Marah, pero las aguas que habían aquí eran insalubres, para satisfacer la necesidad de agua del pueblo Dios intervino sanando aquellas aguas.

El siguiente lugar de acampada fue en el oasis de Elim. Este lugar está muy bien descrito por Moisés, pues dice que tenía 12 manantiales de agua y setenta palmeras, Éxodo 15:27. Hoy en día no es posible encontrar un lugar que coincida con la descripción de Moisés, por múltiples razones ya descritas de antemano la apariencia del terreno puede haber cambiado. 

Siguiendo por el camino a SUR, Israel hizo otra parada en un lugar llamado Dofqá, lugar que tampoco se ha podido identificar en la actualidad.

Más adelante el pueblo volvió a parar en un lugar que Moisés llamó Alús. Lugar que no se ha podido localizar.

La siguiente acampada fue en un punto llamado Refidim, este es un lugar importante. Parece que la mayoría de geógrafos e historiadores, influenciados por la localización del tradicional Sinaí, sitúan este lugar en algún punto de la cordillera del Sinaí muy cerca del mar Rojo, pero esta supuesta localización de Refidim presenta algunos serios obstáculos.

Estando en Refidim, los israelitas sufrieron el ataque de los amalequitas. Los amalequitas eran un pueblo que habitaba una zona situada muy cerca de la actual Gaza, prácticamente fuera del territorio egipcio, a unos 400 km. de distancia del tradicional Sinaí, pero según el registro bíblico Refidim estaba a una jornada de la montaña de Dios. ¿Qué tenían que defender los amalequitas en pleno corazón del territorio egipcio, a unos 400 km. de distancia de sus casas? ¿No les preocupaba a los amalequitas la reacción que pudieran tener los egipcios ante esta supuesta incursión? La lógica nos dice que tenemos que buscar Refidim en otras latitudes, no en el sur de la cordillera del Sinaí.

Siguiendo por el camino a SUR llegamos finalmente a otra localización de Refidim, muy cerca de los tres grandes oasis de Qadés, fuera de la frontera con Egipto pero a relativamente poca distancia del territorio ocupado por los amalequitas, y ahora sí que se entiende mejor el enfrentamiento armado entre amalequitas e israelitas. ¡Los amalequitas querían proteger el acceso a las aguas del cercano Qadés! La victoria fue para los israelitas, pero el pueblo de Israel no invadió territorio amalequita sino que giraron hacia oriente, de momento pasaron de largo de los oasis y luego de algunas cortas acampadas acamparon delante de una montaña, ¿qué montaña era?

Aquella era una montaña que Moisés conocía muy bien, se tuvo que cruzar con ella cuando en años anteriores trajo por aquí a los rebaños de su suegro en un tipo de pastoreo conocido con el nombre de trashumante. Este pastoreo se caracterizaba por el traslado de los rebaños, una vez cada año, a un lugar en donde los animales pudieran satisfacerse de abundante agua y vegetación fresca durante algunas semanas. Leamos Éxodo 3:1: “Y Moisés llegó a ser pastor del rebaño de Jetró, el sacerdote de Madián, de quien era yerno. Mientras arreaba el rebaño al lado occidental del desierto, llegó por fin a la montaña del Dios [verdadero], a Horeb”. Moisés llevaba a los animales a los oasis de Qadés, un camino entre la cabecera del mar Rojo (Ezión-Gueber) y los oasis de Qadés es en donde Moisés se encontraba con la montaña de Jehová Dios, justo en la misma frontera entre Egipto y Canaán, que curiosamente es la misma frontera que existe en la actualidad. ¿Existe actualmente una montaña en este lugar que reúna las características que la acrediten como la montaña en la que Jehová le entregó a Moisés los Diez Mandamientos? Pensar una cosa amigos lectores: desde la cabecera del mar Rojo hasta los oasis de Qadés hay mucha menos distancia que desde la cabecera del mar Rojo hasta el tradicional Sinaí, con el agravante de que una vez llegados al tradicional Sinaí todavía tenían que recorrer más distancia hasta donde estuviera la hipotética agua y vegetación para los animales, y eso en pleno corazón de territorio egipcio, así que lo razonable parece que Moisés condujera a sus rebaños hasta los oasis de Qadés, y en medio de este camino se encontraba con la montaña de Jehová.

 

jueves, 6 de abril de 2017

¿Qué ruta siguio Israel en su éxodo?




Siempre ha habido mucha controversia en cuanto a qué ruta siguieron los israelitas durante su éxodo, antes que nada digamos que hoy seguimos sin saberlo, no sabemos por donde marcharon los israelitas con Moisés al frente, pero hay algunos detalles en el registro histórico de los antiguos hebreos que merecen ser tenidos en cuanta.

En la antigüedad faraónica había tres grandes rutas que salían más o menos de la ciudad de Heliópolis en Egipto, 1ª esta ruta costeaba todo el Mediterráneo hacia el norte, 2ª esta ruta atravesaba todo el desierto hacia el norte y era conocida con el nombre de SUR, 3ª y luego estaba la ruta que iba hacia las minas de la cordillera del Sinaí, una de cuyas montañas fue señalada como el Sinaí tradicional, es una montaña que está muy cerca del mar Rojo, cerca de la actual Sharm El Sheikh. Es esta última ruta, la que pasa por las minas del Sinaí, la que parece que ha sido escogida como el camino que siguieron los israelitas, ¿pero es cierto eso?


¿Cómo llegó el Sinaí tradicional a ser señalado como la montaña de Dios? Todo comenzó en el primer cuarto del siglo IV. Por aquellas fechas el emperador Constantino adoptó el cristianismo como la nueva religión del estado, la madre del emperador, la Sra. Elena, rápidamente se convirtió en una ferviente practicante de la nueva religión de Roma y quiso conocer las tierras de las que habla la Biblia, no tardaron en organizarle lo que hoy decimos un tour por toda Judea. Aparte de otros hallazgos de supuesto origen cristiano, cuando a esta influyente mujer la llevaron hasta la cadena montañosa del Sinaí, cerca del mar Rojo, ella se fijo en la magnífica montaña que tenía ante sí, era…, no, es una montaña espléndida que sobresale sobre todas las demás que la rodean, y ella sola decidió que aquella montaña tenía que ser aquella en la que Dios le había entregado a Moisés los Diez Mandamientos. Desde entonces se consolidó la idea de que la montaña del profeta había sido localizada, desde ahí arranca la tradición hasta el día de hoy. No resulta extraño que muchos expertos y obras de consulta señalen la ruta hacia las minas del Sinaí como aquel camino que siguieron los israelitas en su éxodo hacia la Tierra Prometida.

Pero en toda esta región los arqueólogos del siglo XXI no han encontrado ni la más mínima evidencia de que por allí alguna vez pasara un gran número de gente, y digo esto por la razón de que sí que es posible seguir durante años el rastro de algún grupo nómada que transitara por estos lares. Siempre quedan restos de alguna fogata, restos óseos de algún animal que hubieran comido, fragmentos de algún utensilio domestico que se hubiera roto, etc., pero señales de que por aquí hubiera pasado alguna vez un pueblo entero como lo fue Israel nada de nada.

¿Cuáles son los detalles bíblicos incompatibles con la suposición de que la ruta de las minas del Sinaí fuera aquella que siguió Israel? En primer lugar nos tenemos que remontar al comienzo del éxodo tal como lo cuenta la Biblia, transcribo literalmente lo que registra la Biblia: “Más tarde, Moisés hizo que Israel partiera del mar Rojo, y ellos salieron al desierto de Sur y siguieron marchando por tres días en el desierto, pero no hallaron agua”, Éxodo 15:22. ¡El desierto de SUR! ¡No hacia las minas del Sinaí sino por el desierto de SUR! Naturalmente, desde entonces ya han transcurrido más de 3500 años y muchos rasgos físicos de toda la región pueden haber cambiado a causa de las tormentas, a causa de que los pozos de agua se secaran, los ejércitos antiguos y modernos han transitado por toda esta región produciendo cambios en el entorno, y más recientemente se han construido carreteras modernas instalándose tendidos eléctricos y explotaciones mineras, la apariencia física del terreno ha sido alterada, tal vez todo esto dificulte el que se encuentre huellas del paso de mucha gente que alguna vez se hubiera producido. Pero el camino a Sur que se menciona al comienzo del éxodo israelita no es el camino que costea el Mediterráneo ni es el camino que va hacia las minas del Sinaí. Fijémonos en esta segunda ruta.

En la actualidad nadie sabe por qué a esta ruta se le llama el “camino a Sur”. Se especula con que pudiera haber sido alguna ciudad o pueblo que estaba en la trayectoria y que se conociera con el nombre de Sur; otros opinan que era alguna fortaleza militar egipcia; otros dicen que pudiera haber sido algún singular accidente geográfico que sirviera como referencia a las caravanas; y otros piensan que como era un camino que conducía hacia el sur de Canaán, y al revés, que en el sur estaba Egipto, pues fue muy natural llamar a esa ruta “el camino a SUR”. No sabemos, pero en cualquier caso este es el camino en el que según la Biblia comenzó el éxodo. Y nosotros seguiremos esta ruta a Sur.  

jueves, 2 de marzo de 2017

Un combate legendario




Hoy es un valle no muy extenso dedicado al cultivo de hortalizas y que por en medio pasa una moderna carretera, pero antaño este fue el escenario de uno de los más legendarios combates entre dos hombres que dejaron para la historia ideas como la de que el pequeño se come al grande, es el combate entre el jovencito pastor David y el gigante guerrero Goliat. ¿Sucedió de verdad? ¿Fueron personajes de carne y hueso, personajes reales, tanto David como Goliat?

El registro bíblico informa que aquel gigante filisteo llamado Goliat media unos 2´90 metros de altura, ¿es esto una exageración? Bueno, se pueden buscar algunos ejemplos modernos de hombres verdaderos gigantes tales como el norteamericano Robert Wadlow, que mide 2´72, o el turco Sultan Kösen con sus 2´51 de altura, de modo que no es una exageración que la historia bíblica hable de un individuo de casi tres metros de altura, raro pero no imposible.

Otra cosa es que se dude de la existencia del mismo Goliat, porque hasta hace no mucho tiempo solo la Biblia hablaba de un tal Goliat y los críticos ponían en seria duda que hubiera existido, pero en el año 2005 se estaban excavando en un montículo llamado Tell es-Shafi (antigua Gath de los filisteos), y se descubrió un trozo de cerámica que contiene en arcaíco semítico un nombre que los arqueólogos interpretan como Goliat. No se puede afirmar que este sea el Goliat que peleó contra David, pero ya es notable que en la ciudad materna del bíblico Goliat se descubriera el nombre de un individuo llamado de esa manera.

Pero es que otro tanto sucedía con el mismísimo David. Hasta no hace mucho los críticos tildaban de fabula la mención de David, decían que nunca había sido un personaje real de carne y hueso llamado David y que la Biblia simplemente exageraba o directamente mentía. En la temporada de 1993 a 1994 unas excavaciones arqueológicas en el norte de Israel dejaron al descubierto un documento ajeno a la Biblia que expresamente decía: “Casa de David”, y esa es la primera mención extra bíblica del rey David fuera de la Biblia, de modo que para otras gentes ajenas a la Biblia David sí que era un personaje real. Los críticos de la Biblia no tuvieron más remedio que callarse.



Entonces, ¿fue real el combate entre David y Goliat? Los nombres de los principales personajes se han confirmado arqueológicamente, el valle en donde tuvo lugar el combate ha sido claramente identificado y conserva el mismo nombre que en la antigüedad, Valle de Elah. Es inequívoca su identificación porque la Biblia informa que el lugar del combate estaba entre las ciudades de Socoh y Azeqá, 1ª Samuel 17:1-3. Las ruinas de estas ciudades están siendo excavadas en la actualidad. Los protagonistas existieron, el escenario existe, no hay motivo para dudar de la veracidad del relato bíblico.


 

 

domingo, 26 de febrero de 2017

¿Hay verdaderos motivos para no creer en el Diluvio de la Biblia?




He leído en una web titulada “La ciencia y sus demonios” una lista de 10 razones por las que no se puede creer en el Diluvio Universal tal como lo cuenta la Biblia. Bueno, todos somos libres de creer lo que mejor nos parezca, pero hay quienes creemos en Dios y esa lista de 10 razones para no creer en el Diluvio sí que nos parecen una barbaridad y corta de miras. Ya están cerrados los comentarios para el artículo de esa web, así que lo voy a hacer en mi blog porque me parece un tema interesante.

El principal problema de esas 10 razones para no creer en el Diluvio es que todos los que opinan no creen en la existencia de Dios, el Creador, y eso es como sentarse en una silla que solo conserva dos patas con la cual resulta imposible mantener un buen equilibrio, para formarse una opinión objetiva se tienen que tener en cuenta los dos lados de la cuestión y luego que cada cual elija. Allá voy.

 

1ª Razón en contra: el problema de conservar una sola pareja de cada especie animal.

Respuesta:   esto sí que hubiera representado un problema de consanguinidad de no haber sido Dios el Creador quien lo pusiera en marcha. En cuanto a la biodiversidad estaba garantizada, Dios ya se cuidó de que cada pareja de animales conservaran el potencial de producir variaciones dentro de la misma especie, siempre dentro de la misma especie. Por ejemplo, con una sola pareja de perros ya se producirían todas las demás variaciones de canes, no fue necesario introducir en el arca una pareja de cada clase de perros, y exactamente lo mismo con las demás especies de animales.

   Razón en contra: la alimentación de los animales.

Respuesta:   según los zoólogos, de unas 3.000 “especies” de mamíferos terrestres solo unas 300 son mayores que el caballo, mientras que otras 2.200 no son mayores que un conejo. Y si las parejas que entraron en el Arca tenían el potencial genético de producir otras variedades dentro de la misma especie, no serían tantas las parejas que vivieron dentro del Arca, por lo tanto tampoco fue necesario hacer un gigantesco almacenamiento de alimento. Noé no tuvo que ir matando animales para dar de comer a aquellos animales que ahora denominamos como carnívoros, de haberlo hecho o de haberlo hecho los mismos “carnívoros” sí que hubieran desaparecido especies de otros animales. Según el registro bíblico toda clase de vida, incluido los seres humanos, todos eran vegetarianos, pero de entre los animales algunos hacían las veces de carroñeros ocasionales para limpiar el ambiente de cadáveres de animales, luego volvían a su dieta vegetariana. Dentro del Arca Dios incluso pudo haber ralentizado las necesidades alimenticias tal como sucede con los animales que invernan.   

   Razón en contra: desplazamientos de los animales.

Respuesta:   Si era Jehová Dios el Creador quien iba a poner en marcha el Diluvio, lo lógico y natural es que fuera él quien dirigiera a los animales escogidos para que se fueran acercando al Arca. Desde luego los animales no llegaron por su propia cuenta hasta el Arca, Dios los condujo hasta allí, Génesis 7:11-16. Y cuando salieron del Arca y de forma natural, cada especie de animal se fue esparciendo en la dirección que su instinto le marcó. Esto es así de lógico y sencillo.

   Razón en contra: las plantas no pudieron sobrevivir bajo el agua.

Respuesta:   Efectivamente, la mayoría de la vegetación existente sobre la superficie se ahogó al estar tanto tiempo debajo del agua, casi un año según la Biblia. La ramita de olivo que una paloma le llevo a Noé pudo proceder de un árbol ahogado pero que todavía conservase parte de sus ramas, y al volver a quedar al aire libre la paloma la recogió sin problemas. Por otro lado, muchas de las semillas vegetales pudieron conservarse vivas igual que algunas semillas se han conservado (hasta en el hielo del Polo) con el paso de los siglos y luego han brotado. De todos modos, y como consecuencia de la perdida vegetal existente por las aguas del Diluvio, Jehová Dios hizo la concesión de que el ser humano y todos los animales sobrevivientes pudieran comer carne por primera vez de ahí en adelante, Génesis 9:3.


   Razón en contra: Noé no pudo saber si el Diluvio era universal o local.

Respuesta:   Exacto, Noé nunca hubiera podido saber eso por sí mismo, Noé no pero Dios sí. El Arca jamás tuvo la misión de navegar, el único requisito de aquella construcción de madera era que flotara sin hundirse, Génesis 7:17,18, y el Arca cumplió perfectamente con ese propósito porque el diseño fue de Dios mismo, no de Noé. 

   Razón en contra: no hay tanta agua disponible como para inundar toda la Tierra.

Respuesta:   Lo que en todo caso no existían eran montañas tan altas como las que ahora tenemos, la superficie terrestre era mucho más llana que ahora y las aguas no tuvieron que subir a alturas descomunales para cubrir todas las montañas, fue el peso de tantos millones de toneladas de agua lo que al fin quebró la corteza terrestre e hizo que las montañas ganaran altura y se formaran las fosas abisales. Antes del Diluvio no existían los polos, hasta en esas latitudes crecía la vegetación por lo templado del clima, pero entonces Dios dispuso que buena parte del agua del Diluvio se concentrara en los dos polos y con ello cambio el clima terrestre.

   Razón en contra: ¿agua dulce o salada?

Respuesta:   Este jamás ha podido ser un problema para Jehová Dios el Creador, él tuvo que haber controlado este aspecto para que no salieran perjudicados los organismos que viven en el mar a causa de una descompensación del sistema.

   Razón en contra: problemas de construcción del Arca.

Respuesta:   Fueron ocho personas las que participaron en construir el Arca, y según lo que dice el registro bíblico se emplearon unos 50 años en construirla, ¿es esto una cosa increíble?. Noé y su familia no vivían aislados en medio de la nada, estaban rodeados de vecinos que aunque no creyeran lo mismo que Noé sí que pudieron suministrarle árboles y otros materiales, eso aparte de lo que Noé y sus hijos obtuvieran por sí mismos en los bosques cercanos. Para el transporte de la madera pudieron servirse perfectamente de los animales, bueyes, mulos y hasta puede que elefantes. ¿Dónde está el problema? Sepan todos ustedes amigos lectores, que en España y desde el año 1961 un hombre llamado Justo Gallego está construyendo él solo una catedral que ya tiene muy avanzada, lleva más de 50 años trabajando él solo levantando muros y colocando vigas y andamios. La evidencia está ahí y nadie puede desmentirlo, ¿qué motivo tenemos, pues, para dudar de que 8 personas construyeran un Arca en unos 50 años?

   Razón en contra: recuperación de ecosistemas.

Respuesta:   Después del Diluvio enseguida comenzó a crecer la vegetación, tal vez no como antes y por eso fue necesario que todos comenzaran a comer proteínas ya hechas como lo es la carne de ciertos animales que comenzaron a reproducirse, los seres vivos que salieron del arca no eran tantos y por eso no se necesitaba abundancia de comida, pero de nuevo brotaron las semillas que habían sobrevivido y posiblemente muchos árboles que no se hubieran ahogado, esto sin olvidar que la mano de Dios estaba por en medio.



10ª   Razón en contra: ingeniería naval.

Respuesta:   Tal vez Noé nunca antes había construido una embarcación, pero suponer que el Arca tuvo problemas de flotabilidad es mucho suponer, ¿estaban allí para verlo los que critican este aspecto? El diseño fue totalmente de Dios, Génesis 6:13-16. El Arca reunió todas las condiciones técnicas necesarias para conservar la vida de todos los que iban dentro, no tenía la misión de navegar, solo tenía que flotar sin hundirse y eso lo hizo a la perfección.

jueves, 23 de febrero de 2017

¿Quién fue el suegro del rey Salomón?


La cronología bíblica nos sitúa el reinado de Salomón de Israel entre los años 1037 hasta 998 a. E.C, él mismo y su reinado son sinónimos de sabiduría y riquezas. Entabló fructíferos tratos comerciales con sus vecinos los fenicios y recibió la visita de la reina de Seba, y si se le recuerda por alguna otra cosa más es por el harén tan grande que llegó a tener “… setecientas esposas, princesas, y trescientas concubinas; y poco a poco sus esposas le inclinaron el corazón”, 1ª Reyes 11:3. Estas mujeres no eran israelitas y no tenían las mismas creencias religiosas que el esposo de todas ellas, por esa razón y porque Salomón fue entrando en la ancianidad ellas acabaron haciendo con él lo que quisieron. Pero un momento, ¿cómo es que este israelita llegó a tener tantas mujeres?

El rey Salomón llegó a dominar el comercio terrestre en una zona muy sensible (Israel) que regulaba el tránsito desde África hasta Asia y Oriente, tuvo que formalizar acuerdos comerciales con sus vecinos y pueblos de más allá, y es menester saber que en aquellos tiempos los acuerdos internacionales se solían cerrar con un matrimonio, eso es lo que le sucedió a Salomón, probablemente no tuvo tiempo de conocer físicamente a todas esas mujeres y más con el paso de los años. Pero vayamos al comienzo de su reinado.

Uno de los primeros matrimonios de Salomón fue nada más y nada menos que con una princesa egipcia, 1ª Reyes 3:1. ¿De qué faraón era hija esta muchacha egipcia? Este misterioso faraón subió con su ejército y conquistó la ciudad de Guézer para entregársela a su hija como dote de boda, 1ª Reyes 9:16. No transcurrió mucho tiempo antes de que el suegro de Salomón, el faraón (?), le concediera al rey Salomón el derecho de exportar al resto del mundo los famosos carros y caballos egipcios, 1ª Reyes 10:28. Así que ¿quién podía ser este faraón? 

El registro bíblico no proporciona más detalles acerca de ese faraón, y lo que se conoce de la historia egipcia tampoco relaciona directamente a algún faraón con el rey Salomón, ¿entonces quién podía ser? No obstante, las tablas cronológicas de las dinastías egipcias mencionan a un faraón que por fechas sí que coincide con los años que reinó Salomón, pero nada más que eso. Ese faraón es Psusenes I.



La tumba de este faraón fue descubierta por el arqueólogo francés Pierre Montet en el año 1940, en plena segunda guerra mundial. Es la segunda tumba de un faraón encontrada intacta, con todos sus tesoros y con la momia del faraón dentro, después del descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón en 1922, pero lamentablemente el descubrimiento pasó casi desapercibido porque las noticias de la guerra ocupaban el primer plano de todos los periódicos. En seguida este faraón fue conocido como “el faraón de plata”, y eso fue de ese modo porque su sarcófago era de plata maciza, no de oro, y lo mismo sucedió con muchos de los objetos con los que fue enterrado Psusenes I. Parece que la plata era el metal predominante en su reinado, ¿qué puede significar ello?

Por fechas cronológicas coincidieron Salomón y Psusenes I, fueron contemporáneos, pero es que además hay un detalle en el reinado de Salomón que llama mucho la atención con respecto al metal predominante durante la gobernación de Psusenes I. 1ª Reyes 10:27 dice: “Y el rey (Salomón) llegó a hacer que la plata en Jerusalén fuera como las piedras…”, dicho de otro modo, la plata fue de una abundancia tal que igualaban a las piedras del campo que estaban por doquier. Por razones familiares Salomón tuvo trato con la realeza egipcia, y no hubiera tenido ningún inconveniente en mandarle a su suegro ingentes cantidades de plata, ¿es una posibilidad interesante, verdad?

La ciudad filistea de Guézer sí que aparece en los registros egipcios antiguos, pero aparte de que se reconozca que esta ciudad fue conquistada por los faraones Tutmosis III, y más tarde por el faraón Menefta I, no se informa de que algún otro faraón la conquistara, solo la Biblia dice que también la conquistó el suegro de Salomón. Bueno, esperemos que se vayan haciendo más descubrimientos arqueológicos y conozcamos fehacientemente cuantas conquistas tuvo esa ciudad filistea.

 

 

martes, 21 de febrero de 2017

Nace un mito

 
 


Siempre he oído que Norteamérica no puede alardear de tener una historia tan vieja como la historia de Europa, y seguramente eso es cierto, pero en poco más de tres siglos ha acumulado páginas históricas algunas de las cuales han cambiado el curso de la historia mundial. Siempre he tenido interés por las historias del viejo oeste, o mejor dicho, interés por las historias del oeste americano, y en este caso estoy pensando en unos hechos que protagonizó el general George Armstrong Custer, cuya vida acabó abruptamente un 25 de junio de 1876 en la célebre batalla de Little Big Horn, en el estado de Montana. Hablemos de esa batalla.



Hoy en día el sitio llamado Litte Big Horn es el campo de batalla convertido en un singular cementerio, es un monumento nacional muy visitado por nacionales y extranjeros. Es el único cementerio militar en donde los soldados que murieron están enterrados exactamente en el mismo lugar en el que cayeron, por eso las lápidas no están alienadas sino esparcidas aleatoriamente como si un campesino hubiera cogido un puñado de semillas y las hubiera lanzado para que cayeran donde quisieran, y justo en la colina conocida como “la colina de la última batalla”, en medio de todas las lápidas blancas, en medio de todas ellas sobresale una lápida negra, marca el sitio en el que cayó muerto el rubio general Custer.

 
¿Cómo transcurrió aquella batalla? No fue nada glorioso. Parece que Custer cometió un error de apreciación y pensó que allí solo habrían unos pocos guerreros con sus familias, por esa razón dividió al famoso 7º de Caballería en tres grupos que se alejaron entre sí dirigiendo él uno de los grupos, en total le seguían unos 211 hombres. Pero al llegar Custer al lugar pensado se encontró con que le hicieron frente más de 1000 1.000 guerreros siux y cheyennes, el ataque indio no lo dirigió Toro Sentado sino Caballo Loco.
Los soldados fueron separados en grupos aislados más pequeños, y aunque tenían armamento más preciso (los “modernos” rifles Springfield de un solo disparo cada vez) que podía hacer blanco a unos 500 metros, los nativos americanos llevaban sus armas tradicionales y rifles de todas las clases, sobre todo winchesters, que para hacer blanco se tenían que acercar a 100 metros de distancia pero que como contrapartida podían hacer 10 o 12 disparos en el mismo tiempo que los springfields de los soldados solo podían disparar una vez. Alrededor de donde los soldados cayeron muertos se han encontrado balas de muchas armas diferentes.
Además, los nativos americanos pelearon con las eficaces tácticas de cazadores y conocían el terreno perfectamente, no hubo demasiadas bajas de indios. Lo que ha sorprendido a los modernos investigadores es la posición de muchos soldados (sus lápidas), se pensaba que algunos de los soldados habían podio forma lo que en caballería se decía “línea de defensa”, que era la formación de una línea en donde los soldados se distanciaban unos 5 o 6 metros entre sí y disparaban. Pero aquella supuesta línea de defensa parece que es otra cosa muy diferente, parece que es la dirección en la que algunos asustados soldados huían y cayeron muertos a unos pasos unos de otros. En ese mismo lugar se han encontrado muy pocos casquillos militares y sí algunas balas que se les cayeron enteras al suelo y muchas variadas balas de los nativos. Fue un total desastre militar.


Cuando ya comenzaban a escasear los disparos de todos los lados, los nativos se echaron encima de los moribundos y los destrozaron a golpes de maza, los mutilaron y les arrancaron la cabellera. Unos días más tarde, cuando allí ya no quedaban indios, llegaron los del resto del 7º y enterraron a los muertos incluido el general Custer, pero un tiempo después    llegó otra columna militar de auxilio y exhumaron el destrozado cuerpo del rubio general y, posiblemente, lo enterraron en terreno de la Academia Militar de WestPoint, que está al norte de Nueva York, y aquí nació el mito.




lunes, 20 de febrero de 2017

Los Dinosaurios 2




Los polos terrestres no siempre fueron como hoy los conocemos, con hielos perpetuos, con glaciares, con fuertes temperaturas bajo cero, todo indica que una vez en esas latitudes creció vegetación subtropical lo cual quiere decir que el clima general era mucho más benigno que ahora. Por ejemplo, el periódico Udmurtskaya Pravda de la época soviética informó que el Instituto de Oceanografía de la Academia de Ciencias de la URSS llegó a la conclusión de que las regiones de la Antártica y Ártica una vez tuvieron un clima subtropical.

Otro periódico, esta vez australiano y llamado The Australian, informó de que científicos australianos y estadounidenses hallaron fósiles de hojas, madera, musgo y huevos de insectos a tan solo 500 km. del polo sur, todo lo cual indica que el clima era mucho más suave en aquellas regiones.

Hace una década que la BBC informó de la expedición Artic Coring Expedition y de lo que ellos encontraron en el océano Glacial Ártico, cerca de Groenlandia. A unos 400 metros por debajo del lecho marino encontraron fósiles de minúsculas plantas y animales marinos, lo cual nuevamente nos habla de que el clima en esas regiones fue bien templado, apto para la vida de ambiente subtropical.


El registro bíblico sobre la Creación va en esa dirección, toda la tierra tenía un clima templado y la vegetación era exuberante, Génesis 1:29,30; 2:5,6. Todavía no llovía, pero parece que corrientes subterráneas de agua proporcionaban la humedad suficiente para que crecieran las plantas. Las selvas tropicales o subtropicales son casi impracticables a causa de la mucha vegetación que crece y cuesta mucho caminar por ellas, eso es lo que podría haber sucedido en aquel mundo primigenio si Dios, el Creador, no hubiera dispuesto algún medio para mantener a raya tan grande proliferación de vegetación, ¿la solución…?, los grandes comedores de vegetación, los dinosaurios y el resto de animales más pequeños incluyendo al mismísimo ser humano. Pero todo esto cambió drásticamente.     


El registro bíblico informa que el planeta tierra estuvo sumergido en agua durante siete meses durante el Diluvio, durante ese tiempo, aparte de morir todos los seres vivos que no estaban dentro del Arca, también murieron o se ahogaron gran parte de las plantas que estaban crecidas, de modo que cuando todos los que estaban dentro del Arca salieron ya no disponían de suficiente alimento vegetal, y por otro lado las aguas del Diluvio tuvieron que ir a alguna parte y es cuando probablemente se formaron los polos, el clima cambió drásticamente. Todos aquellos grandes animales devoradores de vegetación ahora ya no eran necesarios según el plan divino y desaparecieron, desaparecieron ellos pero no la especie reptil u otros grandes animales voladores. Fue en este preciso instante cuando Jehová, el Dios Creador, hizo la concesión de que el ser humano y buena parte de los animales terrestres pasaran a comer carne por primera vez hasta el día de hoy, Génesis 9:3. Así que, según el registro bíblico, aquellos monstruos antediluvianos no desaparecieron a causa de que un gran meteorito se estrellase contra la tierra, desaparecieron por voluntad divina porque ellos ya habían cumplido su misión en el mundo antiguo. Si la extinción de aquellos animales se hubiera debido a que un gran meteorito acabó con su alimento y con la radiación solar y con el aire puro, ¿cómo es que sobrevivieron los animales de menor tamaño?