viernes, 3 de febrero de 2017

El Éxodo: En busca de la montaña de Moisés




¿Qué tal si me acompañáis, amigos lectores, en un épico viaje a través del desierto pero tal como se solía viajar hacer 3000 años, a pie, sin camiones ni vehículos de apoyo de los que tenemos en el siglo XXI? La primera parte de nuestro viaje va a ser haciendo pocas paradas, y las paradas que hagamos no serán de muchos días, además viajaremos frecuentemente de noche y de día y uno de nuestros problemas será el abastecimiento de agua pero no el único. Afortunadamente nos conduce alguien que tiene buen conocimiento de todas estas regiones.

Bueno, lo que os propongo a todos es participar mentalmente del éxodo que protagonizaron Moisés y el pueblo de Israel hace ahora 3500 años según el relato de la Biblia. Esta primera etapa va a durar dos meses, y concluirá en una montaña de significado especial para Moisés, el monte llamado Sinaí u Horeb. Atentos porque os podéis llevar alguna sorpresa.

Pero retrocedamos hacia el tiempo en que el príncipe Moisés huye de Egipto cuando tenía 40 años de edad. Es posible que en su huida Moisés recorriera el camino que pasaba por las minas que Egipto explotaba, siguiendo la cordillera del Sinaí, y lo haría rápido puesto que estaba huyendo, su meta era Madián junto al brazo oriental del mar Rojo, lejos de la frontera con Egipto.

El registro bíblico informa que Moisés se casó en Madián y allí vivió durante los siguientes 40 años de su vida. ¿Qué hizo durante todo ese tiempo? Ahora lo transcribo directamente. “Y Moisés llegó a ser pastor del rebaño de Jetró, el sacerdote de Madián, de quien era yerno. Mientras arreaba el rebaño al lado occidental del desierto, llegó por fin a la montaña del Dios [verdadero], a Horeb”, Éxodo 3:1. Moisés sirvió como pastor trashumante nómada, es decir, durante unos meses al año llevaba al rebaño hacia occidente para que se saciaran de abundante agua y de pastos, y que yendo hacia ese lugar se cruzaba con la montaña llamada Horeb. Desde la cabecera del mar Rojo en Ezión-gueber hasta el tradicional Sinaí (luego tenía que continuar el camino hasta llegar al agua y los pastos) hay unos 145 km. en línea recta, ¿es ahí a donde Moisés conducía a su rebaño, en medio de territorio egipcio, teniendo en cuenta que él todavía era un fugitivo?

El relato bíblico dice que Moisés se cruzaba con la montaña Horeb y que seguía el camino hasta la fuente de agua, y no parece que esa sea la descripción del Sinaí tradicional, porque en todos los alrededores del Sinaí tradicional no hay abundante agua ni terrenos para pastos, entonces ¿hacia dónde se dirigía Moisés? Hacia occidente dice la Biblia, no hacia el sur que es en donde está el Sinaí tradicional. Yendo hacia occidente, en dirección del Mediterráneo, ¿hay algún lugar en el que un pastor cualquiera pudiera llevar a sus rebaños para que se saciaran, y que además cuente con alguna montaña significativa para Moisés? Sí, sí que existe esa montaña.

Desde la cabecera el brazo oriental del mar Rojo hasta la fuente de agua y pastos hay unos 125 km. en línea recta, más cerca que yendo al Sinaí tradicional, y justo en medio de ese trayecto está la montaña que tanto significaba para Moisés. Hoy en día esa montaña se le conoce con el nombre de Har-Karkom. Y a tan solo unos pocos km. más hacia el noroeste Moisés entraba en la región de tres grandes oasis del lugar, el Ain Qedeis, el Ain el-Qudeirat y el Ain el-Qeseimah, los tres separados entre sí por entre 10 y 15 km. aproximadamente. Estos tres oasis siguen existiendo en la actualidad y tienen terreno que todavía sirve para cultivo. Tenía mucho sentido que Moisés trajera a sus rebaños hasta esta zona, un lugar que él mismo volverá a recorrer años más tarde en numerosa compañía.
En mi siguiente publicación hablaremos de la montaña que Moisés visitaba.


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