miércoles, 15 de febrero de 2017

Un enigma de Egipto




He tenido el privilegio de estar en dos ocasiones en Egipto, ese era el sueño desde mi niñez porque el mundo de los faraones me fascinaba y me sigue fascinando. Pude ver y tocar las grandes pirámides y la famosa esfinge de Giza; visité la cantera de Asuán en donde está el célebre obelisco inacabado que pesa unas 1.300 toneladas, todavía unido a la madre piedra y abandonado porque cuando ya lo tenían casi tallado se les quebró por un par de sitios y ya no servía. No dejo de pensar cómo lo hubieran levantado y transportado si hubieran conseguido terminarlo. Pude visitar el majestuoso e increíble templo de Abu Simbel tallado todo él en la roca, y en homenaje del faraón Ramsés II; caminé por entre las tumbas del Valle de los Reyes y entré en las espléndidas tumbas de Ramsés III y en la tumba de Ramsés VI; y anduve por las enormes columnas de los templos de Karnac. Nada de esto se puede olvidar nunca más. Pero entre todas estas joyas del pasado egipcio hay algunas cosas pequeñas que intrigan más que las grandes, y de alguna de ellas voy a hablar.
En el Museo de El Cairo, en un pasillo lateral lleno de estanterías con múltiples objetos de todo tipo, el guía que llevábamos nos señaló una vitrina concreta dentro de la cual había, sí, había un juego de brocas exactamente iguales a las que utilizamos en el siglo XXI pero de la época faraónica, pero esto no era todo, junto a las brocas habían 5 o 6 discos radiales, sí, discos radiales iguales a los que solemos utilizar nosotros. Yo no ignoro que esas herramientas solo se pueden usar en nuestros tiempos con la electricidad, ¿cómo las utilizaban los antiguos? No quiero entrar aquí en un debate extraño.



 
 


Pero les hablaré de otro objeto (aquí sí que os mostraré una fotografía) que forma parte de unos grabados en el muro de un templo de Karnac, y este también es un grabado bien extraño que casi no necesita palabras para describirlo pero que hace surgir algunas preguntas. Observen la foto y luego sigo hablando.

La obviedad entre los dos grabados es innegable, ¿pero es intencionada, es casual, significa algo distinto de la primera idea que nos viene a la mente? En apariencia estamos contemplando lo que a todas luces parece un espermatozoide estrechamente relacionado con el miembro viril del dios egipcio, la coincidencia y el significado de ambos grabados es objeto de debate y hay opiniones para todos los gustos. ¿Se imaginan que el llamativo grabado fuera realmente un espermatozoide? ¿Cómo lo habrían visto los antiguos egipcios, ya que en el siglo XXI solo lo podemos ver con la ayuda de un microscopio? Bueno, yo solo he querido mostrar a los amigos lectores una curiosidad, pero una curiosidad enigmática.  

 


 

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