Amenofis IV, o Akenatón como él
se llamó a sí mismo, o “el faraón hereje” tal como parece que le conocía su
propio pueblo. ¿Quién era este soberano? ¿Qué cosas hizo durante su reinado?
¿Por qué le llegaron a llamar despectivamente el hereje?
El joven Amenofis tuvo una
infancia desgraciada, parece que tuvo algún tipo de rechazo o repudio familiar
por parte de sus padres, con lo que pasó buena parte de su infancia y juventud
con sus abuelos maternos, el sacerdote Juya de Heliópolis y la Sra. Tui, la cual
era de origen semita. Tal vez la causa de su repudio paterno era que el
muchacho se apartaba del canon de belleza que imperaba en aquellos momentos,
eso es lo que muchos han concluido al contemplar sus retratos realistas en el
Museo de El Cairo, con sus caderas casi femeninas, con sus ojos achinados y
extremidades largas y finas, algunos doctores han concluido que este faraón
sufría de “lipodistrofia muscular progresiva” y del llamado “síndrome de
Marfan”. Si estas deformidades las tuvo desde el nacimiento puede entenderse un
poco el porqué del rechazo paterno. Sus reales padres no tuvieron otra
ocurrencia que mandar al pobre niño con sus abuelos maternos para alejarlo de
la vida pública en palacio, pero al hacer esto pusieron al futuro faraón en
situación de hacer las dos cosas por las que Akenatón será recordado para
siempre en la historia: la supuesta invención del monoteísmo y la introducción
de un estilo de retratos realistas. Hablemos brevemente de estas dos cruciales
iniciativas de Akenatón.
Es razonable que pensemos que
Akenatón acabó sabiendo la razón de su exclusión social por parte de sus padres,
sus deformidades físicas, de manera que cuando ya era un faraón coronado y
nadie le podía contradecir se hizo retratar de forma realista, tal cual era, ahora
todos le tendrían que aceptar con sus deformidades físicas y todo. Lo suyo
parece que fue como una especie de rebelión contra el injusto trato paterno
recibido.
¿Pero cómo pudo Akenatón llegar a
concebir el monoteísmo en un país que adoraba a cientos de dioses
tradicionales? De nuevo los culpables fueron sus padres, los reyes de Egipto,
ellos fueron los culpables porque se desprendieron de su hijo pequeño y lo
enviaron con sus abuelos maternos, recordemos que su abuela era de origen
semita. Cuántas tardes se las pasarían abuela y nieto hablando de los orígenes
de ella allá, en la lejana Mesopotamia, la mujer le contaría como eran sus
costumbres, cuáles eran sus creencias, cómo era la tierra en la que había
nacido, etc. Los semitas creían en un único Dios, aunque muchas de las familias
se auxiliaban de pequeños ídolos que a su vez les servían como pruebas de la
herencia a recibir. Toda esta información fue encontrando acomodo en la mente
de un jovencito necesitado de cariño y atención, y en él creció un nuevo
concepto religioso: la adoración de un único dios al que el muchacho le puso el
nombre de Atón, y cuando fue coronado como faraón implantó este nuevo concepto
religioso en todo el país, aunque no por ello actuó contra los dioses
tradicionales.
Nuestro faraón se unió en
matrimonio con la hermosa Nefertiti, cuyo nombre significa “la bella que
viene”, lo cual podría significar que esta mujer no era egipcia, pero sí que
hizo causa común con la nueva idea religiosa de su esposo. Akenatón y Nefertiti
tuvieron seis hijas, pero probablemente también tuvo relaciones con otras
segundas esposas, una de las cuales fue la madre de Tutankatón.
Akenatón se trasladó a vivir a un
lugar conocido hoy con el nombre de tell-El-Amarna, en medio del desierto,
junto a la orilla oriental del río Nilo, aquella fue la nueva capital que se
hizo construir y solo ha sido habitada por él, a su muerte el lugar fue
gradualmente abandonado y hoy sus ruinas están bajo las arenas del desierto.
Aunque hay varias corrientes de
pensamiento, una de ellas (de los egiptólogos) es que en algún momento
Nefertiti desaparece de la vida pública, no se puede precisar qué es lo que le
sucedió a la reina, algo extraño sucedió, hay quienes piensan que esta mujer
acabó regresando a su país de procedencia pero otros piensan que fue asesinada
por el apoyo a las ideas heréticas de su esposo Akenatón.
En algún momento del reinado de
Akenatón aparece un enigmático personaje conocido con el nombre de Smenkare, y
que al parecer ejerció casi como de corregente del faraón. Se supone que se
casó con la hija mayor de Akenatón, con Mat-Atón, pero que tal como apareció en
la vida del rey del mismo modo desapareció de la vida pública, sin dejar
rastro.
Otra cosa notable hizo Akenatón.
Se sabe que durante su reinado toda la población fue traslada desde un extremo
del país hasta el otro pero tampoco se conoce por qué, los egiptólogos piensan
que fue para realizar alguna obra pública importante pero no pueden precisar
qué.
Y durante el reinado de Akenatón,
el soberano recibió una serie de cartas de reyes cananeos pidiéndole socorro
por causa de unas gentes que correteaban por el país y no cesaban de cometer
razias, que no verdaderas guerras. Estas cartas fueron encontradas entre las
ruinas de tell-El-Amarna. No hay constancia de que la ayuda solicitada se
pusiera en marcha alguna vez.
Esto es a grandes rasgos lo que
se puede decir de este faraón, pero curiosamente tiene cierta similitud con la
historia que cuenta la Biblia durante la época del primer ministro de Egipto
que conocemos con el nombre de José, así que ahora hablaremos de José mientras
hacemos unos interesantes paralelismos con lo que sabemos sobre Akenatón, de
esto es de lo que voy a hablar en mi próxima contribución al Blog “La Aventura
de la Historia”.
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