jueves, 12 de enero de 2017


 
Antes de proseguir creo conveniente recordar a los amigos lectores que en algunos casos no se tiene información personal sobre lo que hicieron determinados faraones, y que en la mayoría de los demás faraones la información que nos ha llegado es fragmentada, con lo cual muchas de las conclusiones de los expertos son solo suposiciones, suposiciones más o menos bien encaminadas pero solo eso, suposiciones. Teniendo esto en cuenta, pasaremos a considerar brevemente los reinados de los siguientes faraones y la duración de los mismos, aunque de Menefta I y de Ramsés II ya hemos hablado anteriormente.
 
Menefta I                      
Ramsés II
 
Seti I es el faraón que esclavizó al pueblo de Israel que en aquel entonces residían en la región llamada GÓSEN, en el delta oriental del Nilo, Génesis 47:5; Éxodo 1:8-11. Parece ser que este faraón solo gobernó durante 15 años.
Ramsés I no tuvo incidencia alguna en relación con el pueblo de Israel, además, quizás solo reinó por 1 año o poco más.
Horemheb comenzó siendo un poderoso general bajo el mandato del faraón Akenatón, pero le desesperaba la inoperancia militar de Akenatón. Durante los mandatos de los siguientes dos faraones (Tutankamón y Ay) parece que se desató una lucha por el poder, siendo finalmente Horemheb quién salió vencedor. Él fue el fundador de la familia real que llevó el nombre de Ramsés. Es posible que durante estos acontecimientos el anteriormente primer ministro, José, se hizo a un lado para no verse involucrado en una lucha que ya no era la suya y se retiró a vivir en su hacienda de la ciudad de Heliópolis (On) donde también residía su familia política, Génesis 41:45, y allí fue donde él falleció a la edad de 110 años.
Ay era un sacerdote que tuvo mucha influencia especialmente en la corte del joven faraón Tutankamón, finalmente se hizo con el poder y se sentó en el trono gobernando durante cinco años aproximadamente con el mismo nombre, Ay.
Ahora tenemos al joven Tutankatón. Sí, no me he confundido de nombre, lo que sucede es que el hijo varón de Akenatón fue sentado en el trono siendo un niño y llevando el nombre del dios de su padre Tutank-Atón. El hecho de que posteriormente este joven faraón fuera conocido con el nombre de Tutankamón, Tutank-Amón, solo es una muestra de la lucha religiosa que se había desatado en Egipto. Puede que por sí mismo, o más probable por imposición del clero (la sombra del sacerdote Ay no debía de estar muy lejos), pasó a llamarse con el nombre del dios tradicional Amón en detrimento del dios Atón “inventado” por su padre Akenatón.
José ya se había apartado de la escena y permaneció ajeno a las intrigas que estaban teniendo lugar. Tutankamón murió cuando apenas contaba 18 años, y no está muy claro si murió en un accidente de caza o fue asesinado. Como curiosidad de este joven faraón, digamos que su tumba fue una de las dos tumbas de faraones encontradas intactas, con todos sus tesoros dentro y con la momia del faraón en sus respectivos ataúdes. Y llegamos al faraón que verdaderamente nos interesa, Amenofis IV, que a sí mismo se llamó Akenatón, y que popularmente debió de ser conocido como “el faraón hereje”.
Hasta aquí ya llevamos aproximadamente unos 150 años o más y no pasaremos de Akenatón. Sí, porque Amenofis III, padre del faraón Akenatón, reinó por espacio de unos 37 años, y con los años que él estuvo gobernando ya nos pasamos de los 160 años que median entre Moisés y José, pero nada de lo que se conoce durante su reinado hace sospechar que él tuviera algo que ver con las gentes semitas, en cambio su hijo heredero al trono sí tal como veremos. Mi siguiente publicación será sobre el faraón Amenofis IV o Akenatón, como prefieran los lectores.
  
 
 
                         
 



 

                         

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